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Zohra

    Zhora pertenece a la comunidad musulmana del Chuy.  

Zhora: Si tú no entendieres, entonces pregunta, por favor. ¿Quieres apuntar alguna cosa?, ¿quieres un papel?

Entrevistador/a: Sí, por ejemplo, tu nombre, porque si no…
Zhora: Está bien, es Zohra: Z-O-H-R-A. ¿Quieres que anote mi e-mail aquí?

Entrevistador/a: ¿Cómo?
Zhora: Mi e-mail…

Entrevistador/a: Dale, yo te anoto el mío ahora.
Zhora: Es todo tuyo… [Risas]. No, quería comentarte lo siguiente: qué sería la religión islámica. Por favor, pregúntame cuando no entiendas, ¿ta? Entonces, ¿en qué nosotros creemos? [Sic]. Lo más importante dentro de la religión islámica sería entender en qué nosotros creemos, qué es lo que pensamos y cuál es nuestra fe; es lo principal. Hay seis cosas principales en las que creemos (hay muchas otras cosas, pero las principales son esas, porque todas derivan de esas). La primera y más importante de todas es la creencia en Dios. Es lo que te estábamos diciendo en la mezquita ayer: la creencia en Dios único, Alá. ¿Qué sería Alá? ¿Qué significa Alá? ¿Es el Dios musulmán, es el Dios de los árabes? No, es el Dios de la humanidad. La palabra Alá significa Dios único, o sea, único Dios. Entonces, ¿qué sería nuestro Dios? Basta con que mires al cielo, mires los árboles, mires al pajarito, mires a la hormiga. ¿Quién creó todo eso? Ese es nuestro Dios, el que creó eso. Nosotros creemos en Dios como el Creador de todo (el creador del cielo, creador de la tierra, creador de los árboles, creador de los animales, creador de todo). Es nuestro Creador, aquello que nos creó de la nada. ¿Qué éramos nosotros? Nada. Dios nos creó de la tierra, del polvo. Nos creó como si fuéramos un muñeco de arcilla. Si tú miras un muñeco de arcilla, no tiene vida, no tiene nada. Así empezamos, éramos así y Dios nos colocó el espíritu. Así nos convertimos en personas. Si nosotros juntásemos a todo el mundo: yo, tú, la humanidad entera, todos los sabios de la antigüedad, Darwin, todos los sabios, si nos juntásemos todos para crear una hormiga o una mosquita de esas que andan volando, ¿podríamos crearlo? ¡Nunca! Si juntásemos toda la humanidad, toda la tecnología y todo para crear una hormiga, no lo conseguimos ¿Por qué? Porque fue el creador que lo hizo y sólo Él tiene el poder de crear. Si mirásemos, por ejemplo, al clon –ah pero el ser humano está creando otro ser humano. ¿Será que está creando realmente? Al clon lo sacan de una célula viva. Si tú lo sacas de una célula viva, quiere decir que lo estás tomando de otro cuerpo; sin aquella célula tú no conseguirías hacer otro cuerpo. Dios nos creó de la nada, creó los cielos y la tierra de la nada, porque él es el poderoso, él es el Creador de todo.

Entonces, nosotros tenemos que pasar y mirar a las cosas, pensando que en todo aquello hay un creador. Cuando Dios puso un árbol frente nuestro, un pajarito frente nuestro fue para que miremos y razonemos, porque nosotros somos diferentes de aquel pajarito: nosotros tenemos razón, el pajarito no la tiene. Sólo que el pajarito sabe que tuvo un creador; el pajarito no tiene una mente, no sabe razonar, no piensa, sin embargo, sabe que tiene un creador. Nosotros tenemos a la razón, Dios nos dio la razón, para que pensemos en todo lo que nos rodea, y nosotros no pensamos. Nosotros tenemos que mirar esas cosas como una señal de Dios. Dios nos creó eso para que nosotros miremos y digamos: realmente hubo un creador. Entonces, es a Él [a] quien nosotros rezamos, ese es nuestro Dios, el Creador de los cielos y la tierra, el que creó todo eso, aquel que nos creó de la nada, que nos colocó un alma, nos dio los ojos, nos dio la boca, que nos dio la nariz. Si hubiésemos nacido sin ojos, ¿quién podría dárnoslo sino Dios? Si hubiésemos nacido sin el oído, ¿quién podría darnos el oído, quien podría darnos la audición, si no fuese Él? Entonces, ese sería nuestro Creador, ese sería a quien nosotros rezamos, ¿Por qué nosotros no rezamos a los santos?

Entrevistador/a: ¿No creen en santos?
Zhora: No le rezamos a las imágenes y [a] todo eso. ¿Por qué no les rezamos? Mira una imagen y dime qué creó. Mira una imagen de Jesús, supongamos: ¿qué fue lo que ella creó? ¿Creó los cielos y la tierra, creó un pajarito, una hormiga? ¡No!

Entrevistador/a: Así que ustedes no rezan a ningún…
Zhora: No rezamos a otro, además de Dios, el Creador. No rezamos a otro. Jesús, Mahoma, Abraham, Moisés: ¿crearon alguna cosa?, ¿crearon los cielos y la tierra? ¡No! ¿Qué vinieron a hacer? A traer un mensaje ¿Qué mensaje?: adoren a Dios, el Creador. Ésta es nuestra ciencia, la principal, la más importante de todas. Estoy golpeado en esta tecla porque es lo más importante de todo; si tú entiendes esto, [después] viene todo el resto. Entonces, ésta es la base principal del Islam. Esto, realmente no es una cosa irracional; es todo para hacerte pensar. El Islam, en todo sentido, te hace razonar. ¡Piensa! Tú eres un ser humano y tienes una mente para pensar. ¿Por qué yo no voy a rezarle a una estatua? Porque ella no tiene vida, no tiene nada; si yo la rompiese, nadie podrá hacerme nada por eso ¿Acaso ella podrá defenderse de mí? ¿Entonces, por qué habría yo de rezarle a ella? No le rezo porque hay motivos para no rezarle. Todo esto es lo que razonamos, todo está dentro de la razón, no le escapa a la razón. Sólo el ser humano cuenta con la razón. Dios nos la dio para que pensemos en todo lo que nos dio. Si Dios creó un árbol, fue para que lo miremos y pensemos en el Creador, y es a Él a quien le rezo. ¡Mira al cielo, mira a la luna, mira al sol!

Entrevistador/a: ¿Y las computadoras no?
Zhora: Una computadora, por ejemplo, no razona, es una máquina que no tiene vida. ¿Quién la creó? Un ser humano…Yo quería mostrarte una visión diferente del mundo, del universo. ¿Viste la plaza allí? Si tú la miraras verías millones de señales de Dios; mira el árbol, mira cada hijita que hay en él, cada una tiene un color diferente, cada plantita tiene un color diferente. Todo viene de la misma tierra ¿Quién lo creó?

Entrevistador/a: ¿Y vos estás constantemente pensando…?
Zhora: ¡Claro! Todo para mí es señal de Dios, todo está para que recuerde que existe un creador, y es a Él a quien le rezo. Nosotros creemos que todo, todo en el universo le reza a Dios. ¡Todo! El cielo, las estrellas, los árboles, todo eso le reza a Dios. Si nosotros creemos eso, quiere decir que todo el universo sigue un camino, que es la adoración a Dios. Si yo no adoro a Dios estoy yendo contra ese camino. Está en otro universo quien no cree en Dios. Sólo no cree en Dios quien no razona. ¿Cómo puedo yo decir que todo aquello que está en la plaza (en la plaza, sin ir más allá) viene de la nada? Si todo aquello viniera de la nada quiere decir que yo me creé. ¿Fuiste tú que te creaste? Yo tuve a alguien que me creó, y es a ese [a] quien debo adorar. ¿Y para qué me creó, para qué el ser humano fue creado? Hubo un motivo: el ser humano fue creado como un gerente de Dios en la tierra.

Entrevistador/a: ¿Y qué es lo que tiene que hacer en la tierra?
Zhora: Hacer el bien, traer la paz. Este es el motivo principal por el que todos nosotros somos creados. Yo estoy aquí hoy para adorar a Dios. ¿Qué sería adorar a Dios? ¿Rezar día y noche? No, no quiere decir que tengas que estar rezando todo el día, cada hora. Pero para todo lo que yo vaya a hacer en mi vida, voy a recordar que hay un creador y que tengo que obedecerle, porque es Él quien tiene poder. Pensemos lo siguiente: el presidente de Uruguay gobierna con leyes, ¿no hay leyes en Uruguay? Yo tengo que obedecer esas leyes ¿Y el presidente quién es? Un ser humano como yo. ¿Es algo más que yo? No, es un ser humano. Entonces, ¿por qué yo lo obedezco a él, que es un ser humano como yo, y no obedezco al Creador. Un ser humano puede estipular leyes; ¿por qué el Creador no podría hacerlo? Las leyes que Dios estipuló son lo que nos llevará al bien, lo que nos traerá paz en esta vida y en la otra. Nosotros creemos en la otra vida; vamos a hablarlo más adelante. Entonces decíamos, esas leyes son las que te traerán el bien.

Cuando, por ejemplo, Dios nos prohíbe tomar bebidas alcohólicas. ¿Qué es lo que las bebidas alcohólicas nos hacen? Nos transforman en animales: perdemos es razonamiento, no sé lo que estoy haciendo, estoy matando a otros, estoy pegándole a las personas. Esto reduce al ser humano, que es el gerente de Dios en la tierra, a animal. No son nada diferente del animal cuando están ebrios [los humanos]. ¿Qué hace el ser humano cuando está ebrio? No hace nada que sirva. Dios creó al ser humano para que sea el líder del resto de las criaturas, y cuando bebemos nos transformaos en la más terrible de las criaturas, porque no razonamos ni nada. Dios creó los árboles, los cielos, la tierra, el sol, la luna, todo. ¿Para qué? Para nosotros; nosotros tenemos el poder sobre ellos. Yo monto a un caballo porque tengo el poder sobre él, porque soy el único ser que razona. Los animales no razonan; fueron creados con una sola cosa: existe el Dios único, los animales lo creen. Cuando escuchamos cantar a un pájaro, es su alabanza a Dios; tú no lo entiendes, pero él está alabando a Dios. Si en el globo terrestre somos lo líderes, deberíamos tener vergüenza al ver que el pájaro alaba a Dios y nosotros no.

Entrevistador/a: ¿Y qué consideran ustedes que tenemos que hacer?
Zhora: Primera cosa, creer en Dios único, y luego, seguir sus órdenes. Él nos mandó libros, el Corán, la Biblia, la Torá, para enseñarnos que debíamos seguir sus órdenes. ¿Cuáles son sus órdenes? Sólo el bien, todo lo que lleva al bien, realizar las oraciones, realizar caridad, ayudar a las personas, hacer el bien a las personas. Todo lo que sea bueno para la humanidad tengo obligación de hacerlo como musulmana. Lo primero que tenemos que razonar es que Dios existe y es el único creador, que nosotros fuimos creados como gerentes de Dios en la tierra para traer el bien y predicar la creencia. Es mi obligación estar diciéndote esto.

Entrevistador/a: ¿Y qué pasa si yo no creo?
Zhora: Si tú no crees te estás rebajando a un nivel menor que los animales, porque los animales creen en Dios, y no razonan. Y nosotros, que tenemos animales y todo esto a nuestro alrededor, y todo es señal de Dios, porque no puede haber venido de la nada. Piensa en un ejemplo: imagina que yo tengo en un armario harina, tengo chocolate, tengo aceite y tengo azúcar. De repente ese armario se sacude solo y todo cae en un recipiente, se mezcla y luego un terremoto tira el recipiente dentro del hormo y sale una torta. ¿Tú lo crees si yo te lo cuento?

Entrevistador/a: Eh… no.
Zhora: ¡Nadie lo cree! Que una torta se hizo solita, y es una torta. Imagínate los cielos y la tierra ¿quién los hizo?

Entrevistador/a: El tema es que yo no creo… Me parece bárbaro que vos creas y lo respeto…
Zhora: Todo bien, pero solamente te pido que pienses. Si tú no crees, entonces, tienes que pensar por qué no crees; tú tienes el razonamiento. ¿Cuál es tu fundamento para decir que no crees en Dios?

Entrevistador/a: Es que creo que no siento una fuerza, algo por encima mío. Cuando veo cantar a un pájaro pienso que es una cuestión de la naturaleza, no le doy otra explicación.

Zhora: Pero si yo te dije que una torta se hizo sola y no lo creíste, ¿cómo es que crees que los cielos, la tierra se hicieron solos? Nos dicen que hubo un Big Bang, que el universo surgió de una explosión. Hay muchos ateos que no creen en Dios y creen en eso: que el universo y la naturaleza vienen del Big Bang. Todo bien, pero aún el Big Bang surge de una sustancia, ¿quién la hizo? Hasta eso Dios nos permite razonar. Entonces, piensa, ¿quién lo hizo? ¿Entiendes? Lo principal es saber por qué estás aquí. ¿Cómo vives esta vida sin saber por qué estás aquí? Estoy aquí, morí y terminó, ¿es eso mi vida? Pongamos por ejemplo a la lluvia: la lluvia que cae del cielo, ¿quién hizo la lluvia caer? Decimos la naturaleza. Pues bien, paró de llover, no hay más lluvia, ¿quién traerá la lluvia nuevamente a nosotros? Alguien tiene que traerla. Tú cree en lo que quieras; yo sólo te hablo de razonar, [de] pensar. Tú crees que el ser humano tiene la razón, entonces, hay que tomar la razón como algo serio y pensar quién creó todo eso para mí, quién lo hizo surgir, por qué estoy aquí. Imagínate de qué modo podemos ver la vida sin saber por qué estamos vivos, por qué estamos aquí. Mañana voy a morir, ¿entonces, se terminó, es eso? Si yo creo que es así, entonces, no me importa pegarle a todo el mundo, pegarte a ti. ¿Qué me impide a mí pegarte, o pegarle o robarle a la gente? ¿Si no tengo motivo alguno para vivir, qué estoy haciendo aquí? Hay un motivo para estar aquí, como hay un motivo para que los cielos estén allí, para que la luna esté allí. Todo eso es señal de Dios, que nos está diciendo: "¡mira aquí, ser humano, piensa!". Dios no nos dice: "cree y punto; sigue cual si fueras un caballo". No; nos dice: ¡"observa y piensa"! ¿Quién creó todo? Pongamos que fue la naturaleza; ¿quién creó la naturaleza?

Una vez, conversando con un ateo, él me decía que el universo surgió del Big Bang. Bien, pero ¿quién hizo surgir la sustancia que hizo surgir al Big Bang?, ¿quién hizo que esa sustancia se calentase y explotase? Hay una historia que cuenta que había un jeque y un ateo que iban a enfrentarse en un debate frente a otras personas, iban a debatir sobre Dios. El día en que habría realizarse el debate, el jeque se atrasó; estaba todo listo y el jeque no llegaba. Luego de mucho rato, llegó el jeque a quien el ateo increpó preguntándole dónde había estado, que todos lo estaban esperando. El jeque contestó: "lo que sucede es que yo vivo atrás de un río y hoy no tenía cómo cruzarlo. Por suerte al rato empecé a ver cómo del otro lado del río caían varios árboles al agua y se formaban barcazas que luego vinieron hacia mí, me tomaron y me trajeron hasta aquí. Así fue como llegué". Entonces, el ateo contestó: "llegas tarde y todavía diciéndome esas estupideces". A lo que el jeque responde: si tú no logras creer que un simple barco se creó solo, ¿cómo puedes creer que los cielos y la tierra se hicieron solos? Terminó la discusión. El ateo no creyó que aquel barco hubiera surgido solo ¿Cómo podemos creer que aquel árbol, que tiene cuatro colores diferentes, se hizo solo? La tierra es la misma, toda la tierra es igual, sin embargo, cada árbol tiene un color distinto, tiene frutos distintos. Esa es la parte principal. Si no crees en Dios, todo el resto terminó, no existe. Debes mirar a la tierra y decir: yo vine de esto, cómo puedo no creer en mi Creador. Yo mañana voy a morir: ¿quién tiene poder sobre mí, quién tiene el poder que me da la vida y me da la muerte? ¿Quién tiene el poder de hacerme el bien o hacerme el mal? Si Dios quisiera podría terminar con todos los humanos mañana mismo.

Entrevistador/a: ¿Y qué es hacer el bien para ustedes?
Zhora: Primera cosa, creer en Dios. Esa es la primera creencia, la creencia en el Creador. Segundo, nosotros creemos en los ángeles. ¿Qué serían los ángeles? Criaturas de Dios. Todo, salvo Dios, es criatura. Dios es el soberano, el resto son criaturas, ciervos, aquellos que obedecen. El musulmán es sumiso a la voluntad de Dios. Lo que Dios me diga lo voy a hacer, porque soy sumiso a su voluntad. Eso quiere decir que no me someto a nadie, además de él. Yo no voy a besar los pies de un rey, porque yo no necesito [a] ese rey. Pero al Creador sí lo necesito. El rey es un ser humano como yo; ¿cual es su diferencia? El dinero. El dinero se va a terminar. Sucede que en esta vida uno se somete al otro; hoy en día uno es ciervo del otro. El poderoso manda y el resto tiene que bajar la cabeza. No interesa si el poderoso es ruin; él tiene dinero y todos tenemos que bajar la cabeza ante él. ¿Es correcto eso? No lo es. Por eso te lo digo, soy sumisa al Creador. No tengo por qué tenerle miedo a las criaturas, no tengo que tenerle miedo a un ser humano, porque el ser humano sólo podrá hacerme mal si Dios lo quisiere. Por eso tenemos una confianza total en Dios, Él es el Creador y Él es quien va a protegerme. Nadie puede hacer nada contra mí sin condescendencia del Creador.

Él creó ángeles; hizo al ser humano a partir de la tierra, del barro. Los ángeles fueron creados a partir de la luz; fueron creados de la luz para servir a Dios. Los ángeles rezan día y noche a Dios, todo el tiempo están rezando. El ángel no tiene el libre albedrío, entonces, el ángel no desobedece a Dios, cumple con las órdenes de Dios. Son, digámoslo así, empleados de Dios. Los ángeles son seres que Dios creó para servirlo. Si yo no creo en los ángeles, no creeré en el Libro Sagrado; si no creo que hubo ángeles que trajeron aquél mensaje, no voy a creer que existe el libro, no voy a creer en el Corán. Entonces, segundo, la creencia en los ángeles.

Tercero, la creencia en los profetas. El profeta es un hombre, un ser humano, que Dios envió para enseñar a los demás la creencia en Dios único. Es la única cosa que vino a hacer el profeta: enseñar la creencia en Dios único y a enseñar cómo seguir las órdenes de Dios. Creemos que hubo ciento veinticuatro mil profetas, desde el inicio de la humanidad hasta hoy. El último profeta fue el profeta Mohamed; el primero fue el primer ser humano, Adán. Después de Mohamed no hubo profetas. Entre Adán y Mohamed estuvieron Noé, Lah…, Abraham, Moisés, Jesús, y muchos otros; ciento veinticuatro mil profetas. Nosotros creemos de igual modo en todos, no hay diferencia. Amo al profeta Mohamed del mismo modo que amo al profeta Jesús. Para mí no hay diferencia. Yo creo que ellos vinieron a traerme un mensaje. No adelanta con que me guste el profeta Jesús [sic], si yo no sigo las órdenes que él me trajo, la orientación de cómo seguir el camino de Dios, el camino que todo el universo sigue.

Entrevistador/a: ¿Los profetas escribieron algo?
Zhora: No, ellos trajeron el mensaje. ¿Qué sucede? La Biblia, pongamos un caso, fue escrita por seres humanos. ¿Qué sucede con el Corán?, fue revelado al profeta Mohamed. Si has visto cómo es el Corán, te has [sic] dado cuenta que es rimado, en árabe […]. ¿Ves? Todo combinadito, todo el Corán es así. [Nos da para leer la versión en español]. Todo el Corán es así. Fue revelado por el ángel Gabriel al profeta Mohamed y el profeta lo decoró. No fue enviado todo de una sola vez; fue revelado partecita por partecita, entonces, el profeta lo memorizaba y se lo pasaba a sus compañeros y todos lo memorizaban. Sólo luego de que todos lo hubieran memorizado fue escrito. Después de copiado al papel, todos lo analizaron, todos los compañeros del profeta verificaron que aquello era correcto. Entonces, entra en la cabeza. Hoy mismo hay en el mundo niñitos de cinco años que lo tienen todo en su cabeza.

Entrevistador/a: ¿Tú lo sabés todo?
Zhora: No, yo no lo sé todo; yo sé, digamos, más de cien páginas. Yo no sé muy bien el árabe, y aún así memoricé más de cien páginas del Corán. Imagínate alguien que sabe árabe.

Entrevistador/a: ¿Quién te enseñó lo que sabés?
Zhora: Yo. Yo aprendí oyendo y acompañando. Ahí tenés una idea. El Corán es todo memorizado, hay niñitos de cinco o seis años que lo tienen todo memorizado; incluso niños que no son árabes. Por ejemplo, en Irán no son árabes, y sin embargo, se memorizan todo el Corán. Así fue pasado el Corán. […] Por ejemplo, allá había un jeque que estaba leyendo, cuando estábamos rezando en la mezquita. Yo lo estaba acompañando; si él errase una letrita, todo el mundo se da [sic] cuenta que se equivocó. Esa es la diferencia entre el Corán y la Biblia. Él estaba leyendo, pero había allí un señor que se lo sabe todo.

Entrevistador/a: ¿Y ellos son árabes?, ¿saben árabe?
Zhora: Ese que te digo que se lo sabe todo no es de acá de la ciudad, es de otro lugar, es de la India. No se habla árabe allá, y él sabe todo el Corán.

[Se corta la cinta].

Zhora: Lo que los seres humanos quisieron. La Iglesia miró y dijo: "ah, esto no me convence, voy a sacar esto y escribir otra cosa; prefiero poner esto otro". Las personas lo modificaron, las personas cambiaron las palabras de Dios. Por eso pusieron que Dios tuvo un hijo, por eso pusieron que Jesús es Dios. Modificaron.

Entrevistador/a: ¿Y tú dices que el Corán es sagrado?
Zhora: Es sagrado. Nosotros creemos que hay cinco libros sagrados; esa es otra creencia. Está la creencia en los profetas, que nos trajeron el mensaje de que Dios es único. Incluso los otros libros, la Torá, la Biblia, todos traen la misma creencia: que Dios es único. Por eso nosotros creemos en todos los libros; este sería el cuarto pilar de la fe, la cuarta cosa en que creo: en Dios, en los ángeles, en los profetas y en los libros. Son cinco libros. ¿Cuáles son esos cinco libros? El libro que fue revelado al profeta Abraham, el libro que fue revelado al profeta David, el libro revelado al profeta Moisés, que es la Torá, el libro revelado a Jesús, el Evangelio, y el libro revelado a Mohamed, que es el Corán. Creemos que el mensaje en estos cinco libros no es diferente, sólo que las reglas son un poco diferentes, porque era para pueblos diferentes. Por ejemplo, la Biblia, vino para el pueblo seguidor de Jesús; entonces, las reglas que había allí eran para aquel pueblo. Las prohibiciones y reglas que allí había eran, en su mayoría, sólo para aquel pueblo. No eran para toda la humanidad, eran sólo para aquel pueblo. ¿Cuál era ese pueblo? Los hijos de Israel. Vino entonces el mensaje del Corán, que nosotros creemos que es para la humanidad entera, porque es la última. El profeta Mohamed no la trajo sólo para los árabes, sino para toda la humanidad. Los musulmanes no son los árabes. El 18% de los musulmanes son árabes; el resto, no lo son, y son dos billones en el mundo.

Entrevistador/a: ¿Llamás árabes a los que saben la lengua árabe?
Zhora: Sí, pero hay muchos que saben la lengua árabe y no son árabes.

Entrevistador/a: ¿A quienes llamás árabes, entonces?
Zhora: Son los que nacen en la Península arábiga. Por ejemplo, si mis padres nacieron en Palestina, son árabes, si nacieron en Arabia Saudita, son árabes.

Entrevistador/a: ¿Y tus padres dónde nacieron?
Zhora: Mis padres vinieron para acá en el año 82, antes de que yo naciera. Yo nací aquí, yo soy brasilera, no soy árabe.

Entrevistador/a: ¿Conocés allá?
Zhora: Conozco. Yo fui a la peregrinación, que es el otro pilar. Voy a continuar, entonces. Después de la creencia en todos los libros, nosotros creemos que hay un Día del Juicio. ¿Qué sería el Día del Juicio? Es el día del juzgamiento, el día [en] que todos vamos a ser juzgados: yo, tú, toda la humanidad. Nosotros creemos que después de la muerte, hay vida. Todo lo que yo haga en esta vida va a ser cobrado luego. Es como si yo tuviese un funcionario, un empleado: o él hace lo que yo le pedí que hiciera y yo le pago, o lo despido. Entonces, es lo mismo: o yo hago mis deberes en esta vida y soy recompensada en la otra, en el Paraíso, o no lo hago, y seré castigada por eso. Dios, el Soberano, el Poderoso nos mandó unas reglas para que las sigamos. Si yo no sigo las órdenes del presidente, ¿qué pasa conmigo aquí? Voy presa ¿no es así? ¿Por qué yo acepto las órdenes del presidente y no acepto las órdenes del Creador? El presidente es un ser humano, igual que yo, pobrecito, va a morir mañana. Pero como te digo, nosotros creemos que yo, tú y todo el mundo irá a pararse al frente de Dios, y Dios va a preguntarte por cada cosa que tú hiciste en esta vida. Esto que hacemos nosotros ahora será preguntado el Día del Juicio. El Día del Juicio Dios nos lo recordará: el Día 7 de octubre que ustedes estuvieron juntas y hablaron de religión;  el día en que yo peleé con mi vecina… El Día del Juicio Dios me va a preguntar por qué discutí con mi vecina. Todo va a ser cobrado mañana. Por eso, nosotros creemos que existe el arrepentimiento. Cuando una persona comete un pecado o hace una cosa ruin, ella puede volverse a Dios.

Entrevistador/a: ¿Y el pecado en qué consiste?
Zhora: El pecado sería hacerte mal a ti o hacer mal a los otros; eso es lo principal. Por ejemplo, cuando yo bebo, [me] hago mal a mí y mal para los otros. Cuando yo conduzco a toda velocidad mi coche, estoy haciendo mal para mí y mal para los otros. Cuando cometo adulterio, hago mal para mí y para los otros. Entonces, varias cosas son pecado. Cuando como carne de cerdo me estoy haciendo mal a mí mismo, porque mi organismo no lo recibe; aquello es ruin para mí. Las drogas ¿por qué son pecado? Porque me hacen mal a mí y a los otros.

Entrevistador/a: ¿Y cuál es el problema con la carne de cerdo?
Zhora: La carne de cerdo, si tú la analizaras científicamente, está llena de bacterias y llena de cosas que hacen mal al ser humano. Entonces, en verdad, la carne de cerdo es tan prohibida para los musulmanes como para los cristianos, como para los judíos. Y es porque nos hace mal. Todo lo que Dios nos prohibió es porque hacen mal, o para nosotros o para los demás. Eso sería el pecado: todo lo que hace mal a uno y a los otros. Todas esas son reglas que encontramos en el Corán. Son muchas, no puedo mencionártelas todas ahora. Entonces, yo creo que hay un Día del Juicio: que un día me pararé frente a Dios y él me cobrará todos mis pecados. Si yo me arrepintiese en esta vida, si yo cometiese un pecado, si matara [a] una persona (uno de los mayores pecados) y si yo volviese a Dios arrepentido, pero de verdad, con aquel dolor en el corazón, pidiéndole que me perdone, Dios me perdona. Ahí quedará pago lo que he hecho; existe esa chance. Tenés toda esta vida para arrepentirte, para hacer el bien y arrepentirte de todo lo que hiciste de ruin [sic]. Todos nosotros pecamos. No voy a decirte que yo, por ser musulmana, no peco nunca, no.

Entrevistador/a: ¿Pero tenés que decírselo a alguien o no?
Zhora: A ti mismo; a no ser que hubieras hecho mal a otra persona como, por ejemplo, mediante un robo. Por ejemplo, yo te robo a ti este aparato; tengo que arrepentirme, volver a Dios a pedirle perdón y volver a ti a pedirte disculpas. En los otros casos, sólo tengo que volver a Dios.

Entrevistador/a: ¿Cómo ves a aquella persona que no cree?
Zhora: Mira, te lo voy a decir seriamente, yo la veo como una persona que no piensa, creo que es una persona que no está usando el cerebro. Dios te dio un cerebro para que pienses y tú no lo usas. Si no creés es porque no razonas. Dios no dice nada que quede fuera de nuestro pensamiento, todo tiene lógica: pará para pensar y verás que tiene lógica. Si te detienes a pensar cuán ilógico es el ateísmo, tú ya no eres ateo, porque no tiene lógica que no creas que hay un Dios. Como te lo dije: si tú no crees que una torta se hizo sola, como puedes creer que todo esto se hizo solo. ¿Si no creo que lo mínimo fue hecho sólo, cómo puedo creer que lo máximo se hizo solito? Piensa entonces lo siguiente: yo voy a estar mañana parada frente a Dios, el me preguntará por todo esto y va a recordarme todo lo que hice. Dios nos da chances para que tú lo percibas, para que percibas que hay un Dios y para que pienses, y para que sigas sus órdenes.

Entrevistador/a: ¿Y cómo lo hace?
Zhora: Por ejemplo, ahora. Yo te estoy hablando de cuál es la orientación de Dios; ésta es una chance que tú tienes. Todo para mí es señal de Dios, el árbol es una señal de Dios, sólo que algunas personas miran aquel árbol y no le dan importancia. Yo miro aquel árbol y sé que hay un creador, y sé que aquel árbol reza a Dios. Yo miro al árbol y pienso: yo y tú estamos en el mismo camino. Cuando miro la luna, pienso lo mismo, que fuimos creados por un único creador, que nos creó con la misma regla: adoren al Dios único. Si yo lo sigo, estoy siguiendo la regla de todo el universo. Si yo no creo, estoy siguiendo la dirección contraria a todo el universo. Simplemente es eso. El último pilar de la fe sería la creencia en el destino. ¿Qué sería el destino? Dios creó todo sabiendo qué está creando. Algunas personas suponen que Dios creó las cosas y luego arréglense. No es así, Dios cuida todo lo que está sucediendo. Está permitiendo o impidiendo que algo suceda o no. Por ejemplo, cuando Dios creó los cielos y la tierra, él ya sabía quién creería y quién no. Él lo sabía, porque él tiene conocimiento de todo. Cuando Dios creó los cielos y la tierra, creó el número de gotas de lluvia que serían necesarias para los seres humanos durante toda nuestra vida en la tierra. ¿Te has detenido a pensar en eso? Nadie va a tener sed porque Dios calculó las gotas de lluvia que habrán de caer. Cada hoja de árbol que cae en el suelo es sabida por Dios. Yo, que estoy aquí sentada, no sé si una hoja cayó allí en la plaza, pero Dios sí sabe si cayó o no. Sabe si cayó una hoja, si una hormiga tropezó, si yo estoy hablando aquí contigo, Dios lo ve todo. Dios lo sabe todo y lo decreta todo.

Entonces, todo en nuestra vida está predestinado. Te doy un ejemplo mejor. El día de hoy, en que estoy hablando contigo, antes de haber sido yo creada y de haber sido tú creada, Dios ya lo había decretado. ¿Sabías anteayer que estarías aquí hoy hablando conmigo? ¿Quién lo decretó entonces? Dios ya lo había decretado antes que tú nacieras, que el día 7 de octubre de 2002 vendrías aquí a hablar conmigo. Esos son los seis pilares de la fe. Después de que tú creas en esas cosas, hay cinco cosas que hacer. Primero: el testimonio de fe [...]. Ya tengo las cosas que creo y las creo con el corazón; ahora tengo que mostrar que creo, delante de las personas y delante de Dios. El Yahed significa un testimonio de que no hay divinidad digna que no sea Alá…

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