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Julio


    Julio pertenece a la comunidad afrouruguaya.

Entrevistador/a: Nos gustaría que nos contara la actividad que desempeña en el Ministerio de Relaciones Exteriores y cuánto tiempo hace que está trabajando aquí.
Julio: En el momento actual soy ministro consejero y soy subdirector de la Dirección de Asuntos Consulares en el Ministerio de Relaciones Exteriores. El tiempo que trabajo acá en el Ministerio son cincuenta y cuatro años. Entré a los quince años como mensajero y luego fui ascendiendo. No ha sido fácil, esa es la pura verdad. Empecé a estudiar (estudiaba de noche), tenía el cargo presupuestado de mensajero, aun […] haciendo trabajos administrativos. Para poder cambiar de planilla de mensajero y entrar como administrativo demoré doce años. Entré siendo ministro Don Alejandro Zorrilla de San Martín, el Dr. Diego Terra Carve, y mucho me ayudó también el Dr. Héctor Gross Espiell, que había sido subsecretario de relaciones, consejero en ese momento (menos Gross, son todos fallecidos) […] Entré a la carrera administrativa, ahí lógicamente que tuve que ascender; hubo un impasse entre oficial segundo para poder entrar a ser secretario de tercera. Tenía buena calificación, pero nunca alcanzaba para poder entrar hasta que por fin entré, es decir, me nombraron administrativo el 28 de diciembre de 1964. Entré a la carrera diplomática el 17 de diciembre de 1974. Todo en diciembre, porque cuando me nombraron mensajero fue el 26 de diciembre de 1952. Todo ha sido en diciembre […]. Al ministerio de Relaciones Exteriores, pese a los altibajos que he tenido aquí dentro, lo considero como mi casa. Tengo muy buenos amigos, muy buenos enemigos soy una persona muy elogiada, muy considerada, con un muy buen concepto, también con un concepto regular, deficiente y ultra deficiente. Soy muy elogiado y muy criticado y muy manporreardo, pero creo que la vida es así. Yo cierro los ojos y voy para adelante y solamente veo a los que son amigos, tengo muy buena memoria, siempre digo para felicidad de los amigos y desgracia de los enemigos. Pero en realidad nunca miro para atrás, siempre miro para adelante y voy para adelante.

Entrevistador/a: ¿Alguna vez en el trabajo se sintió discriminado por ser afrodescendiente o nunca?
Julio: ¡Ah no! Había gente muy aristócrata acá adentro, por supuesto, por supuesto que sí. Es decir, no estaba en trabajos donde podía figurar, pero siempre estuve en un departamento en el que aprendí, gracias a Dios, a trabajar, que fue Archivos y Comunicaciones, en el departamento contable y estuve a solicitud de la misma gente, fui secretario de Humberto Doyenart, el subsecretario de Diego Terra Carve. Pero eso fue porque ellos se impusieron. Además, había gente que lo veía mal; […] se notaba. Los directores… muy racistas. Están muertos (Carlos Deyeri Lerena, Carlos Casarnís, Juan Anza); me querían mucho, pero para un costado donde yo no pudiera aparecer. Hubo una anécdota muy fea y muy jocosa que me hizo Deyeri Lerena, cuando yo salí de viaje a una beca en Washington; me fue a despedir muy bien y cuando me iba me dice: "tenga cuidado con los suyos cuando llegue a EE.UU." y yo le dije "embajador, yo viajo solo, mi señora y los chicos se quedan". No le quise dar a entender y no entendí lo que él me quiso decir en el fondo. Había gente ¡pobre!, que sentía lástima, porque veía que yo venía a hacer los cursos en el instituto Artigas como todos los funcionarios, y me decían "¿para qué está haciendo los cursos, matándose estudiando? si va a llegar el momento de que lo van a tirar para afuera". La gente estaba convencida de que yo no entraba a la carrera diplomática, los negros tampoco [risas]. Esa es la verdad, después que entré, ¡reventaron! Iba para adelante porque tenía fe, quería entrar y debía entrar a la carrera. Pero se me ha adjudicado un montón de cosas como para sacarme y todo, pero incluso iniciaron un sumario que duró un par de meses y lo eliminaron. Porque, además, lo mío estuvo en el Contencioso Administrativo. El sumario, por supuesto, estaba con muchas deficiencias, estaba mal hecho y entonces a los efectos de que quede todo tranquilo, lo mejor fue cerrarlo. Los destinos que tuve, no me puedo quejar; el primer destino fue a Santana do Livramento, lugar muy lindo, muy fácil, pero muy racista tanto del lado de Rivera como de Santana. Lo que pasa [es] que yo también tengo mucho carácter. Estuve en Miami donde había un grupo de uruguayos que decían que no podía ser consul, que no podía representar al país y uno de ellos era el agregado de la oficina de hombres de la Fuerza Aérea, que era Fernando Cardozo Pereyra, que era el primero que decía que yo no podía ser un militar de la fuerza aérea, yo no podía estar por el hecho de ser negro. Lo adornaban mejor "por pertenecer a una minoría"; para eso más vale que [me] dijeran "por ser negro y punto" [risas].

Después estuve con destino en Costa Rica, estuve con una embajadora no buena, muy mala, muy bonita, muy racista que era Raquel Macedo de Shepard. Me adjudicó ochenta mil cosas junto con otros. Pero la pobre murió, Julio Aquiles Molina murió, entonces quiere decir que mis enemigos…, no sé, tengo menos. Después tuve otro embajador que era Antonio Ricardo Morales Bordón, que no fue derecho, que fue falso, al igual que Veraldo Nicola Pereyra, que no fue bueno tampoco. Pero hay una convicción cuando uno está […] [convencido] de lo que hace, es [cuestión de] ir para adelante, seguir, seguir, seguir sin mirar para atrás, sin mirar para los costados […]. La principal cosa para combatir el racismo tiene que ser lo que es la cultura, el estudio, la presentación, la prolijidad, como se presenta en determinado lugar. Mi hijo estudia, se está por recibir de ingeniero, trabaja en una multinacional, que podían no tomarlo por ser negro. Se impone también un poco el carácter que pueda tener. Hay gente que piensa distinto, yo pienso de esta forma, que hay que avanzar y no hay que andar con el negro a cuestas, es decir yo soy esto, esto y se acabó. Eso es lo que a mí me parece.

Entrevistador/a: ¿Está usted de acuerdo con la implementación de acciones afirmativas para los afrodescendientes?
Julio: ¿Cómo?

Entrevistador/a: Si estaría de acuerdo con lo que se llaman acciones afirmativas o discriminación positiva.
Julio: No entendí qué quiere decir.

Entrevistador/a: Políticas públicas para la población afrodescendiente. En algunos países se implementan cuotas, por ejemplo, en el Parlamento.
Julio: ¿Cuotas como en Brasil? Lo veo ridículo, lo veo ridículo, [con] las cuotas no estoy de acuerdo, no estoy de acuerdo con lo que hace Brasil. Cuotas quiere decir que entraron diez negros y los otros tienen que esperar hasta el año siguiente para volver a entrar. Tiene que haber libertad normal para todo el mundo, eso de cuotas a mí no me parece. Lo veo más discriminatorio, las cuotas las veo super discriminatorias. Yo no estoy de acuerdo, no sé quien está de acuerdo, pero yo no estoy de acuerdo.

Entrevistador/a: ¿Ha participado de alguna organización de afrodescendientes en el país o participa de alguna actualmente?
Julio: Ah, muchísimo en Brasil. Yo estuve de cónsul, fui comendador de AfroBras, del movimiento 28 de setiembre, con las damas negras que tienen una organización. Pero tuve una participación activa, incluso participé en la misa afro y salí, estuve en el altar, salí del altar sumamente emocionado con la virgen aparecida en las manos. Bastante participación tuve.

Entrevistador/a: ¿Y aquí en Uruguay?
Julio: Acá, muy poca. Será por falta de tiempo; a veces uno no tiene feeling con otros. Es un grupo limitado como para trabajar, que pienso trabajar sí, seguir. Puede ser que sea un negro que no está en un movimiento, sino un negro en movimiento. Eso es lo que puedo ser, esa es la pura verdad.

Entrevistador/a: ¿Qué diferencias nota con Brasil con respecto al trato que reciben los afrodescendientes? ¿Hay más discriminación que acá?
Julio: Sí, ¡uh Brasil! Yo he tenido problemas: de venir a pararme y preguntarme "qué es lo que quiere" y de mal modo; entonces […] miran la placa "ah, el señor trabaja en el consulado". "No, eu consul, ministro de Uruguay". Entonces te dicen: "esto lo facemos para proteger al señor". Entonces yo contesté la última vez: "si yo fuera branco acreditarían lo que el señor está falando" "Si fuera branco". Son muy racistas, lo pasé muy bien, notable, pero son muy racistas. Y especialmente la Policía brasileña.

Entrevistador/a: Sin embargo, muchos brasileños son afrodescendientes…
Julio: Pero es que cuando ya son muy claritos, claritos, claritos la ascendencia la olvidaste, pensás nomás en la ascendencia de papá si es blanco, y mamá si es negra no existe. Hay muchos que son muy blancos y son afrodescendientes y no se consideran afrodescendientes.

Entrevistador/a: ¿Usted considera adecuado el uso de la palabra negro o piensa que debe ser sustituída por afrodescendiente?
Julio: Está bien afrodescendiente, […] está perfecto. Uno puede ser un afro blanco también. La palabra afrodescendiente está bien. Nosotros somos afrodescendientes, pero antes de ser afrodescendientes, yo soy uruguayo y se me tiene que considerar uruguayo y no negro uruguayo. Está el negro uruguayo y el blanco uruguayo; si vamos a discriminar vamos a poner el blanco uruguayo y el negro uruguayo, yo soy uruguayo. Soy afrodescendiente sí, descendiente de africanos, no cabe la menor duda y somos afro porque las características que tenemos los negros que estamos en América son completamente diferentes, distintas y no tenemos las características del negro netamente puro, en el cual no ha pasado ningún blanco dentro de sus raíces. En cambio, nosotros sí; soy descendiente de italianos y soy oscuro pero no tan oscuro como es un verdadero africano.

Entrevistador/a: ¿Usted sabe algo acerca de su ascendencia directa?
Julio: No, sé que hay un tano y hay brasileros, y hay una línea completamente inglesa por parte de mi abuela, de negros de Jamaica que vinieron a trabajar en el ferrocarril en el año 1880 o 1860 (que traían de África, pero como eran de Centroamérica los consideraban ingleses). Eso es lo que sé, pero después no me he puesto a estudiar, estoy en eso.

Entrevistador/a: ¿Considera que el Uruguay como sociedad se percibe como homogénea o reconoce el aporte multiétnico? ¿Si se reconoce cómo multiétnica, multiracial, si hay diferentes razas?
Julio: Es multirracial, hay diferentes razas, hay diferentes conceptos de raza. Yo no me considero dentro de una colectividad porque soy uruguayo. Colectividad le llamo a las distintas naciones. […] Si yo soy argentino pertenecería a la colectividad argentina. Yo soy negro y me considero ciudadano uruguayo. Y razas, hay razas: la blanca, la negra, que es la mínima y algunos integrantes de raza amarilla, que son los mínimos [sic]. Ahora veo que hay mucho boliviano y peruano que andan por ahí, pero son los mínimos [sic] y  japoneses, pero no son muchos.

Entrevistador/a: ¿Le parece que los uruguayos en general dicen: "en mi país hay descendientes de italianos, de españoles, hay también afrodescendientes, hay mezcla" o le parece que en realidad hay una tendencia a decir: "no, el Uruguay es un país blanco" o cierta visón del Uruguay como país blanco?
Julio: Es considerado como país blanco, porque los negros somos muy pocos y, además, no se mencionan en los libros de turismo. En los libros de turismo hablan como país blanco y después sacaron en un librito de turismo, que en Carnaval hay una pantomima que se llama candombe, eso es lo que salía. Pero no aparece, recién ahora están apareciendo como que hay raza negra, porque la gente lo impone, el turismo lo impone. Tampoco estoy de acuerdo de mostrar a los uruguayos con tambores. Pero me parece que los tambores hoy día son negros y lubolos, negros y blancos, más blancos que negros, sólo que salen tocando el tambor, […] ya se hizo una característica general y está compuesto por todas las razas. No se puede decir el candombe es la comparsa de negros.

Entrevistador/a: ¿En qué le parece que se manifiesta la cultura afro?
Julio: Hay estudiosos en esa materia, Julio Olivera, el pintor, sabe mucho de eso y hay gente que ha estudiado la cultura en sí negra. No tenemos mucha cosa en verdad de [cultura] afro, por el hecho de que se perdió mucho y demás. Cuando llegaron acá los negros, los amos no les permitían hablar sus lenguas ni siquiera.

Entrevistador/a: ¿Practica alguna religión?
Julio: Soy cristiano, tomé la comunión. Yo sé por dónde venís. La religión afro en Brasil es generalmente la espirita, la umbanda, que aquí no sé si es muy seria, sí o no. No frecuento. En Brasil sí da para frecuentar y ver y en Bahía.

Entrevistador/a: ¿Con respecto al tema, a la hora de formar parejas, usted nota que hay una mayor mezcla entre afrodescendientes y blancos o mayoría de familias conformadas por dos afrodescendientes?
Julio: No, eso depende, si tu te enamoras de un hombre o yo me enamoro de una mujer no importa si es negro, si es blanca o lo que sea. Eso es un poco criterio personal.

Entrevistador/a: ¿Yo lo que le pregunto a usted es si conoce parejas mixtas blanco con negro o es más frecuente la endogamia?
Julio: Hay sí matrimonios de blancos con negros. En determinados círculos o en determinados lugares los negros somos la última moda, la última moda de París y, por eso, es que las mujeres blancas se enloquecen [risas]. Hay de todo, en eso yo no pongo mucha atención.

Entrevistador/a: ¿De qué manera los organismos internacionales han contribuido a concientizar a los uruguayos sobre el racismo o en la existencia de minorías?
Julio: No, […] [el que lo] estaba llevando [a cabo] era Mundo Afro, me parece. No, yo no tengo conocimiento.

Entrevistador/a: Usted hace un rato nos hablaba de la discriminación por parte de algunas personas; acá en el Ministerio […] ¿le parece que eso ha cambiado en los últimos años?
Julio: No me fijo, pero debe haber, no son santos.

Entrevistador/a: ¿Qué significa para usted (si tiene un significado particular ser afrodescendiente) pertenecer a la colectividad afrodescendiente?
Julio: Somos afrodescendientes, afrouruguayos, somos descendientes de africanos. Entonces, lógicamente que eso es lo que significa. Afrouruguayo, porque soy descendiente de africanos, pero soy uruguayo, nada más. 

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