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Rose Marie Hodel Hotel

Rose Marie Hodel Hotel

    Rose Marie Hodel Hotel pertenece a la comunidad de descendientes de suizos del Uruguay. Es funcionaria de la biblioteca popular de Nueva Helvecia, Dámaso Antonio Larrañaga.

Entrevistador/a: Me podría contar cuáles son los relatos de su familia acerca de cómo llegaron.
Rose: Ellos no llegaron (mis bisabuelos) con la primera emigración; llegaron posteriormente. Vinieron, como todos, con la misma idea de encontrar algo mejor acá que lo que estaban pasando en Suiza. Y aparte, [vinieron] por relatos que les habían hecho (relatos de gente que había mandado sus cartas, y contaban), atraídos por los cuentos que les hacían para que vinieran. Ellos vinieron ya con un poder adquisitivo distinto al de los que habían venido al comienzo. Ellos no vinieron así, a […] ver qué encontraban, sino que ya vinieron con un pequeño capital. Tanto es así que, según los cuentos que yo tengo, mi abuelo paterno viajó varias veces a Europa. Fue pero volvió; fue de visita varias veces, pero volvió, manteniendo sí una relación con la familia más cercana. Luego eso se cortó. 

Entrevistador/a: ¿Su familia mantiene vínculos con familiares en Suiza?
Rose: No, se cortaron los vínculos.

Entrevistador/a: ¿Cuál era la percepción que tenía su familia del Uruguay?
Rose: Yo era muy niña, e inclusive, yo no había nacido cuando vivieron los primeros. Fue una cuestión [sobre la] que no se comentó nunca.

Entrevistador/a: ¿Cuál es su sentimiento con respecto a Suiza como país?
Rose: No tengo un sentimiento definido. Primero, no lo conozco. Segundo, que simplemente tengo la curiosidad de conocerlo, de llegar a conocer dónde vinieron mis bisabuelos. Porque sé que el apellido mío es bastante común en Suiza. Bueno, es aquella curiosidad; no sé si lo lograré. Otra cosa, no [siento].

Entrevistador/a: Desde la comunidad, ¿usted percibe algún intercambio con Suiza?
Rose: Sí, sobre todo hace un par de años que vino un agregado cultural de la Embajada suiza, que se interesó muchísimo. Ayudó mucho acá. Es el que ha fomentado ese vínculo; inclusive, ha llegado a lograr que vayan estudiantes para allá, para ver si se puede lograr un intercambio, cosa que antes no ocurría. Como que ahora noto que está habiendo otro interés para que se logre un vínculo mayor.

Entrevistador/a: ¿Y vínculos económicos?
Rose: No, no tanto como lo que quisiéramos, no todo lo que nos gustaría. Aquí, el año pasado se creó el Instituto de Lenguas, donde hubo un apoyo importante de la Embajada suiza.

Entrevistador/a: ¿Cuáles son en su opinión los rubros de la actividad económica en que se destacaron los primeros colonos? y ¿cuáles son los que hoy se destacan aquí?
Rose: Yo, lo que creo es que siempre fue, desde los orígenes, la quesería [lo destacado]. Y sí, es lo que se destaca todavía de esta colonia. Y también algo de agricultura. Fueron los fundamentales, y sigue siendo lo que resalta de esta colonia.

Entrevistador/a: ¿Cuál es la percepción que tiene usted, como descendiente, del Uruguay? ¿Es muy distinta Nueva Helvecia al resto del país?
Rose: Yo creo que sí, tiene su identidad muy particular. Se destaca, porque uno va a cualquier lado, a otros departamentos, y uno nota una diferencia. Y a su vez, gente de otros departamentos nos la hacen notar. De repente, nosotros, en la vida diaria, no nos damos cuenta, y sin embargo, otras personas que vienen en seguida lo resaltan: que acá hay algo que nos caracteriza, que nos hace distintos. Por ejemplo, la prolijidad, siempre tratamos de mantener nuestras casas prolijas, el jardín (muy típico de acá), mantenemos y continuamos los festejos que trajeron los primeros colonos, como el 1° de agosto, que dicen que no se festeja tanto en Suiza como se festeja acá.

Entrevistador/a: ¿Cómo ve usted el relacionamiento con otras comunidades suizas de la región?
Rose: Sí, se da a través de grupos de danza, que son invitados en fechas determinadas, en fiestas como la Oktoberfest (nosotros la llamamos: la Bierfest). Hay dos grupos de danzas típicas, suizas y alemanas. Entonces, ha habido una relación o un vínculo en el intercambio, en las distintas fiestas, de ir de acá y de venir de allá para acá. El intercambio es cultural. No hay un intercambio económico.

Entrevistador/a: Cambiando un poco de tema, nos interesa saber cómo se construían las familias en el pasado. ¿Los descendientes se casaban solo con descendientes? ¿Cómo era?
Rose: Había algo de eso, sobre todo el prejuicio que existía de no mezclarse con el criollo, de tratar de que fuera [el matrimonio] entre familias suizas o familias alemanas. Inclusive, tengo cuentos de mis padres, de que había problemitas cuando se casaba o se enamoraba un suizo de una criolla, cosa que felizmente es historia de un pasado. Hoy ya están los apellidos mezclados.

Entrevistador/a: ¿Creés o sabés si personas de esta comunidad han sido o fueron discriminados en algún sentido?
Rose: Yo no lo he vivido. Tengo una vivencia [sic] de cuando yo era niña: hubo algunos problemas cuando la Segundo Guerra Mundial, o sea, que familias de apellidos alemanes tuvieron ciertos problemas. Pero fue por esa razón, y una vez que se terminó, desapareció el problema. Esos son cuentos que tengo, ideas de apellidos […].

Entrevistador/a: ¿Hoy en día existe algún grado de discriminación con alguna gente o grupo?
Rose: No, acá es muy amplio, se acepta todo, somos muy abiertos. Gracias a Dios no existe nada de eso.

Entrevistador/a: ¿Usted cree que las religiones jugaron un papel en la conformación de la comunidad?
Rose: Sí. Cuando vinieron los primeros emigrantes, éstos eran en su mayoría protestantes, y una minoría católicos. La historia nos dice que al principio tenían una capilla (algo histórico para nosotros) en la cual un domingo se realizaba un culto y al domingo siguiente el otro, una vez los protestantes y otra vez los católicos. Hasta que hubo una separación evidente. Entonces, quedó [dividida la comunidad] como en dos bandos: los católicos y los protestantes. Inclusive, hasta los cementerios se separaron.

Entrevistador/a: ¿Hoy en día, usted ve una influencia de las religiones en lo que es la vida cotidiana?
Rose: No, ahora no. Inclusive, ha habido culto en común (ha sido parte de la inteligencia de los sacerdotes y de los pastores). En Fin de año y en Navidad se han unido en la plaza y han hecho cosas en común. O sea que en este momento hay un acercamiento muy bueno entre ambas, no se nota  (si es que la hay)  ninguna tirantez entre ellas.

Entrevistador/a: ¿Tienen una influencia sobre la gente?
Rose: No, no creo que tanto como antes. Antes sí, la presencia del pastor o del sacerdote se imponía más. Ahora no es tan así, es más elástica [la situación].

Entrevistador/a: ¿Usted cree que el alemán se ha perdido en Nueva Helvecia?
Rose: Sí, se ha perdido. Inclusive, en mi caso particular, en mi casa, se hablaba alemán, y a nosotros nunca nos enseñaron. Era como un idioma de mayores. Entonces, nunca nos hablaron, salvo algunas palabras aisladas.

Entrevistador/a: ¿Hay alguna palabra que se conserve en la vida cotidiana? 
Rose: No, no hay. Ahora, se trata con el Instituto de Lenguas, de resurgir el interés por el idioma alemán. Pero realmente, para lo que es nuestra colonia, es muy poco… Tendría que haber mucho más gente que hablara alemán.

Entrevistador/a: ¿Cuáles son las costumbres o símbolos que se mantienen desde los primeros colonos?
Rose: Y bueno, en las comidas, por ejemplo, está el famoso chucrut, la fondiu o el leberwurst. Las famosas carneadas, eso todavía se mantiene en las familias, con productos de cerdo. En la comidas, mucho. En las fiestas, lo más tradicional es festejar el 1° de agosto; eso se ha mantenido, no se ha perdido nunca.

Entrevistador/a: ¿Qué grupos o asociaciones civiles construyen Nueva Helvecia?
Rose: Es una de las cosas que se destacan también. Porque acá se usa mucho crear una institución para hacer algo. Además que se resuelve entre los socios; si se quiere hacer algún cambio es por la vía de la votación. Dicen que es algo típicamente suizo. Si hay un cambio de algo, primero se aprueba por votación. Y eso es una de las cosas que acá se mantiene, que llama la atención. Llamar a asamblea, la consulta a los socios o a los que corresponda se resuelve por mayoría, o si no llegan a una votación. Hubo un caso que demuestra lo arraigado que tenemos esto en nuestra cultura. Cuando se cumplió el Centenario de Nueva Helvecia, había dos listas para conformar la comisión que se encargaría de los festejos del Centenario. Se formaron dos listas (hoy hay personas que las tienen) y se hizo una votación en todo el pueblo. ¿Podes creer que se votó por quién organizaría la fiesta del Centenario de Nueva Helvecia?

Entrevistador/a: ¿Tienen una influencia real estas instituciones en la vida cotidiana de la gente?
Rose: Sí, Nueva Helvecia se caracteriza por ser muy participativo. Por ejemplo, en el caso de la Bierfest participan todas las instituciones. O sea, se encuentran presentes todas las instituciones, ya sean sociales, deportivas o de enseñanza. Todos trabajan para lo mismo. Además de una cantidad de otras cosas; si se necesita algo, se llama. Hasta hace poco, había un problema que había que solucionar en el hospital. El director hizo un planteamiento, se hizo una convocatoria y vinieron representantes de todas las instituciones a escuchar al director, a apoyarlo y a ver en qué se le podía colaborar. Es otra característica que tenemos nosotros.

Entrevistador/a: ¿Qué opinión tiene del movimiento Nuevas Generaciones?
Rose: Ha hecho un cambio muy importante. El movimiento Nuevas Generaciones surgió justamente después del Centenario, porque la gente joven vio que esas listas, que los nombres que las integraban, estaban formadas por personas de cierta edad, y que no los habían tomado en cuenta a los jóvenes. A partir de eso es que surgió el nombre Nuevas Generaciones. Se armó un grupo con la finalidad de sacar un poco esa rivalidad que había quedado entre las dos listas, la perdedora y la ganadora. Y les parecía que no era correcto, que para un festejo sucediera esto. Es lo que les chocó a los jóvenes de ese entonces. Bueno, y […] es que surgió este movimiento, que fue creciendo a través de los años y que hoy es lo que es, con una sede de su propiedad, que da albergue a instituciones que puedan venir, con un salón de actos abierto a toda inquietud cultural […]. Así que, mi opinión es muy positiva.

Entrevistador/a: ¿Qué cosa criticaría del movimiento?
Rose: Puede uno estar, de repente, en desacuerdo con alguna cuestión puntal (cosas, detalles que no vienen al caso). En general, todos estamos muy contentos.

Entrevistador/a: Cambiando de tema. Nosotros hicimos una recopilación de la historia de la colonia y notamos que hay un periodo oscuro, por así decirlo, donde no hay muchos registros, que va desde principios de siglo hasta más o menos el fin de la Segunda Guerra Mundial. Se han tejido historias acerca de la afinidad ideológica con el Nacional Socialismo o con movimientos fascistas. Nosotros querríamos saber si existió o es una leyenda asociada con la utilización del idioma alemán o al ingrato papel que le tocó jugar en la Segunda Guerra a Suiza.
Rose: Tengo entendido que era por eso, que hubo ciertos problemas con familias de origen alemán. En el caso de mi familia, que es de origen suizo, siempre encontré un rechazo total. La imagen que yo tengo, el recuerdo, es de rechazo a la situación que estaba pasando. Inclusive, tengo el recuerdo de que juntábamos ropa para familiares que estaban pasando necesidades; se juntaban cosas para enviarles. Pero creo que hubo sí, que dio lugar a que hubieran ciertos distanciamientos, en ese momento, entre lo que apoyaban y los que no.

Entrevistador/a: ¿Me podría definir (en dos o tres cosas) cómo caracterizaría a los descendientes suizos hoy en Nueva Helvecia?
Rose: Somos conservadores; esto es típico. En algunos casos, nos dicen que somos machetes […]. Nos gusta ser dueños: la meta es siempre tener algo propio. Lo que tenemos, lo conservamos, lo cuidamos, tratamos de mantenerlo siempre, de que no decaiga. El orden. La seguridad. La ayuda que nos aportamos; integrar comisiones la mayoría de las personas… En mi caso particular, he estado integrando, a la vez, hasta cuatro comisiones. O sea, tratar de ayudar de una forma u otra en lo que se pueda. Ni hablar cuando se pide, como en este caso, para realizar una fiesta [Bierfest], que ya es de carácter nacional, juntar apoyo entre todos.

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